Semana 5 «Infodemia»
Bitácora de un confinamiento
Hace unos días llegó a mi timeline de #Twitter unas viñetas del dibujante Stuart McMillen donde se comparaba dos grandes distopías del siglo XX: «1984» de George Orwell y «Un mundo feliz» de Aldous Huxley. Orwell temía la censura de libros y que alguien nos privara de la información. En cambio, Huxley temía que no hubiera razón para la censura porque nadie leyese o que nos diesen tanta información que generara en pasividad y egoismo.
Esta última visión de Huxley es lo que se ha dado a conocer como Infodemia. La sobreabundancia de información acerca de un tema. Si a esa pasividad a la hora de recibir tal cantidad de información le sumamos el concepto de desinformación, ¡Houston, tenemos un problema!
Entiendo noticia falsa como información manipulada intencionadamente, aunque deberíamos hacer uso de un concepto que se acerca más a la realidad como es el de desinformación. La red se ha convertido en un maremagnum de bulos que nos obliga a afinar nuestro pensamiento crítico. Para hacer frente a los mismos han surguido multitud de herramienta que nos ayudan a detectarlo. El siguiente hilo desarrollado en Twitter por Carmela Ríos resume algunas de ellas. Botometer, Tineye, AFP o Socialblade son algunas de las que podemos hacer uso.
Como remedio natural contra la desinformación surgió hace unos meses INFOPIRINA. Se trata de una herramienta creada desde la Asociación de Universidades Populares de Extremadura (AUPEX) cuyo objetivo es trabajar la Alfabetización Mediática e Informacional. Busca que el ciudadano adquiera las competencias necesarias para desarrollar una actitud crítica en entornos digitales. Para ello se debe conocer cómo funcionan los medios, hay que tener habilidades para contrastar y verificar la información y sobretodo una actitud proactiva para luchar contra la desinformación.
El incremento en el uso de las RRSS en época de confinamiento -algunos informes apuntan a una subida del 18%-, así como de otras herramientas digitales, hace indispensable despertar en el ciudadano ese espíritu crítico tantas veces olvidado. ¿A qué se debe este desgano por contrastar o verificar una información que nos llega? ¿Requiere lecturas complejas los problemas que nos atañen en nuestro día a día? ¿Huímos de todo aquello que sea complejo y requiera tiempo para discenir una opinión al respecto?Estas son algunas cuestiones que nos deja la infodemia que padecemos estos días. Y tú, ¿tienes respuestas para algunas de ellas?